Pese a su incesante búsqueda, Ramón Santamarina no halló la
manera de quebrar a Douglas Haig de Pergamino, adversario con el que igualó
ayer 0-0 en el estadio San Martín, en el cotejo que cerró la 39na. fecha de la
B Nacional.
El aurinegro fue dueño de la iniciativa durante buena parte
del desarrollo, falló en algunas chances muy nítidas y cuando dispuso de un
hombre más careció de la inventiva para vulnerar a Perafán. Todo ello lo obligó
a contentarse con un punto, que le sabe a muy poco en su afán de reencontrarse
con un triunfo que se le negó en sus últimas tres presentaciones.
Los de Coleoni mostraron sus ambiciones desde el arranque.
Lastimaron con Curuchet sobre la banda derecha y se volvieron netamente
dominadores cuando Arnaldo González, pasado el cuarto de hora inicial, comenzó
a cobrar injerencia con sus arranques.
Douglas sufría en la zona media la presión de un rival que
lo apretaba obligándolo a devolverle el balón casi de inmediato. Y apenas
encontraba algo de respiro en la sapiencia de Moreno, el visitante que más
mostró desde lo técnico en el césped del San Martín.
Dada esa limitación, a la visita el arco de Requena le quedó
muy lejos, y en la etapa inicial apenas lo frecuentó con remates de media
distancia que no arrojaron mayor zozobra para el “1” aurinegro.
Del otro lado, Santamarina estuvo mucho más cerca. Telechea
despilfarró dos chances inmejorables, primero cabeceando mordido -en absoluta
soledad- desde el punto penal tras un tiro de esquina y luego, de atropellada,
elevando el balón de manera increíble tras un rebote dado por Perafán ante el
intento de “Pitu” González (foto).
El vigoroso empuje del aurinegro mermó en el cuarto de hora
final de la etapa, Douglas empardó la lucha en el medio, ganó en tenencia y, si
bien no consiguió ser punzante, logró frenar los embates de su rival.
Era un Santamarina que iba de más a menos y, de algún modo,
en el complemento se sostuvo la tendencia.
La expulsión de Tarabini, acaecida sobre el cuarto de hora,
supuso un camino más allanado para el local. Sin embargo, la fluidez y
profundidad de la que por momentos disfrutó en el primer período le dejó lugar
a un andar mucho más monótono, carente de sorpresa y, en muchos casos, de
precisión.
Ante el repliegue de un rival que valoraba cada vez más el
empate, se jugó cerca de Perafán con mayor asiduidad pero ello no trajo consigo
demasiadas acciones de riesgo. El “1” apenas se vio apremiado cuando voló hacia
su izquierda para rechazar un tiro libre de Azcárate y al darle un puñetazo a
la pelota antes de que la contacte Mariano González.
Coleoni buscó otras variantes mandando a la cancha a Michel
y Hoyos, quien ingresó con la indicación de trabajar bien ceñido a la banda
derecha, casi como un delantero más. El aurinegro se partió en dos, con
prácticamente cuatro atacantes. Su permanente búsqueda por los costados derivó
en recurrentes centros que, en general, no irradiaron peligro. Para colmo, su
adelantamiento masivo implicó cederle espacios a un rival que no supo
capitalizarlos, en ocasiones por adosarles pocos futbolistas a sus réplicas, y
a menudo por apresuramiento.
Con esa tesitura se llegó a un final que dejó satisfechos a
los pergaminenses y con cierto halo de preocupación a los tandilenses, que de
cara a su eventual participación en el reducido siguen resignando unidades y
desplegando actuaciones que no convencen.
Fuente: Diario El Eco