Aquellos que tenemos la suerte y el privilegio de narrar partidos de fútbol, aquellos que somos los ojos de los que no están en la cancha, aquellos que nos debemos encargar de buscar cada uno de los detalles que nos muestra un estadio de fútbol y como consecuencia contárselo al hincha que nos escucha, siempre estamos atentos a la genialidad puesta de manifiesto por los simpatizantes a través de sus banderas.
Es una de las formas más extraordinarias de demostrar que se puede ser muy original, en algunos casos, y a esa faceta es a la que apunta este breve comentario.
En el año 2006, Mario Gambini fue creador entre otras frases de una que ha quedado en la memoria de los hinchas.
En aquella oportunidad al llegar a Tandil con el equipo en el fondo de la tabla se le ocurrió decir ante los microfonos de un cronista "Yo no soy la virgen desatanudos".....y eso solo bastó para que la creatividad y la genialidad puesta de manifiesto en las banderas, de la cuál les hablaba anteriormente, quedarán transformadas en un "trapo" inolvidable.
Claudia, Mika y Soledad (me reservo los apellidos pero todo el mundo "aurinegro" sabe de quienes hablo), pincel en mano comenzaron con la obra y aquella frase de Gambini lo transformó en "San Mario Desatanudos", más aun cuando la bandera empezó a acompañar al equipo y el "aurinegro" no solo fue una maquina ganadora sino que alcanzó el tan ansiado ascenso al Argentino A.
A partir de la salida de Gambini, la bandera fue guardada como un tesoro inolvidable. Algunos quizá pensaron que sería para siempre y que ahí en algún lugar de la casa quedaría arrumbada transformándose en un lindo recuerdo. Otros, como sus creadoras, la cuidaron, se ilusionaron y soñaron con volverla a colgar en el alambrado.
Lo cierto es que este último deseo se cumplió el fin de semana pasado y el genial trapo esperó trepado del alambre, orgulloso junto a sus creadoras, frente a los vestuarios del club Hípico, la llegada nuevamente a Santa del hombre que motivó su creación......
JUAN CASERO
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