domingo, 2 de agosto de 2015

Ferro 2 Santa 0


Cosas del destino. Segundos antes del desahogo de Coll sobre el final, que llevó el grito verdolaga a niveles inaudibles, comenzaron a caer algunas gotas. Agua para la locura en Caballito, garúa para la ilusión de Ferro, lluvia para mojarse y volver a creer. Por las escaleras del templo se respiraba una tarde así, llena de emociones, plagada de sensaciones. Otra vez el cielo se tiñó de verde. No es reprochable que el hincha sea reticente a confiar otra vez, como en torneos anteriores. Tantas veces lo engañaron, otras tantas lo engrupieron. Ahora, ¿cómo no soñar cuando el team está en puestos de Reducido? ¿Cómo abstraerse de la entrega de un equipo que cuando no juega, mete, contagia, transmite? Oé le ganó al escolta Santamarina. Sí, en su casa. Sí, como hace siete, sigue de racha. Sí, Verde esperanza.

Tan enchufado arrancó el team de Broggi, que salió más de diez minutos antes al campo de juego. Y la ecuación fue precisa: presión constante local y dibujo táctico mezquino de la visita. No hay que quitarle méritos a la maquinita de Caballito, pero Coleoni, DT de los de Tandil, intentó poblar un mediocampo y al rival a su juego lo llamaron. Allí empezó a crecer un Brian Aquino símil pac-man y Mozzo, líder silencioso. La guerra ganada en el mediocampo le dio a Ferro aire para ir a buscar el partido. Y, claro, la pelota parada fue su mejor aliada. El tiro de esquina de Vernetti dio justo en la testa de Vizcarra para el 1-0 parcial. El ex Central, que ya parece un histórico en el Verdolaga, se acopló de diez a un plantel que necesitaba un 9 de área, y con sentido de pertenencia, fue el maquinista en el festejo de gol: trencito, marca registrada de Oeste.


Fiel a su estilo, el local se complicó sólo el partido. Santamarina, tibio, buscó con Hoyos y jugadores desde el banco que no aportaron mucho. Coll, el pibe que siempre está a punto de explotar, le aseguró la victoria en el Caballito de batalla de Ferro.

Fuente: Diario Olé

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