La ineficacia policial, tan común en los ámbitos del fútbol, quedó evidenciada ayer por la tarde en Tres Arroyos cuando por negligencia de quienes tenían a su cargo el operativo policial se generaron diferentes tipos de incidentes.
En principio un detalle lamentable. La policía hizo caso omiso a los medios que vaticinaban que Ramón Santamarina llegaría a Tres Arroyos acompañado por sus hinchas. No hubo, como en otras oportunidades, una tarea de inteligencia que les permitiera a los uniformados esperar en la rotonda de ingreso el micro de los hinchas y acompañarlos hasta el estadio.
El grueso de la parcialidad visitante llegó a un estadio en soledad a falta de 40 minutos para el arranque del juego. La policía brillaba por su ausencia y los hinchas aurinegros se encontraron con sus pares de Huracán quienes desde el sector de la pileta del club esperaban con ondas y piedras a sus pares. Tampoco hubo prevención ni inteligencia policial para prever que en ese sector podía pasar algo. Hubo una lluvia de piedras hasta que llegó la policía y también se enfrentó con los hinchas.
Una vez en el estadio la hinchada de Ramón Santamarina dejó en evidencia nuevamente el mal operativo, la falta de control, la inoperancia ya que a lo largo del partido se burlaron de los uniformados mostrando como habían ingresado al estadio un sin fin de pirotecnia. A la salida también hubo choque entre hinchas tandilenses y la policía hasta que finalmente se retiraron de la ciudad.
Pero quedaba en el tintero algo más. Alrededor de 40 policías esperaban ansiosos que el micro de Río Paraná se retirara del estadio con los jugadores de Ramón Santamarina, para cobrar lo que les corresponde por haber hecho mal sus deberes de funcionarios públicos y retirarse a sus casas, dejando al micro solo con un patrullero y un par de sus colegas.
Finalmente lo que todos pensaban ocurrió, todos lo pensaban menos el jefe del operativo eso queda claro, y una emboscada de hinchas de Huracán que esperaba a unas cuadras del estadio atacó el micro a piedrazos.
Como consecuencia de esto el colectivo sufrió la rotura de varios cristales y su chofer tuvo que realizar la correspondiente denuncia lo que motivó el retraso del plantel aurinegro a Tandil.
También se supo que otros hinchas tresarroyenses atacaron equivocadamente un micro de la empresa PLUSMAR que se dirigía hacia el sur. El mismo habría sufrido también la rotura de vidrios y lo más grave es que también habría recibido dos impactos de bala.
Todo esto se podría haber evitado sencillamente con la capacidad de la policía puesta de manifiesto.
Mientras siga sucediendo que a aquellos que tienen los operativos a cargo no les importe en lo más mínimo brindar seguridad, seguramente seguiremos siendo testigos de irregularidades u horrores como estos que de casualidad no han dejado un saldo mucho más lamentable.
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