LA VIOLENCIA DESDE UN ESCRITORIO

Difícilmente pueda encontrársele solución a la violencia en las canchas del fútbol argentino siempre y cuando quienes tienen la facultad de tomar decisiones para mejorar, hacen totalmente lo contrario.
El ejemplo que sucede en la ciudad de Tandil se conoció el día viernes cuando arbitrariamente y vaya a saber basado en que, el comisario Walter Caballero determinó que a partir de ahora la tribuna “Techada”, histórica y emblemática para el público serrano, en especial para el de Santamarina y con capacidad para 1000 espectadores, será otorgada como platea a los visitantes.
Cabe señalar que jamás hubo en el estadio una presencia visitante que supere los 500 espectadores y menos en una platea. Habitualmente y como es costumbre las barras visitantes ocupan la popular.

Esta decisión que nadie entiende y tampoco Caballero explica públicamente, ha sorprendido a los dirigentes de los clubes que juegan torneos argentinos A y B. Además promueve diferentes alternativas para que se sucedan hechos de violencia que no podrán ser controlados por la policía y que directamente terminarán complicando a las instituciones quienes deberán pagar los platos rotos originados por la inoperancia y desinteligencia puestas de manifiestos por quienes deben controlar la seguridad de los estadios.

Los equipos de Tandil han jugado desde el inicio de los torneos argentinos A y B más de 600 partidos oficiales en el Estadio General San Martín y allí jamás hubo hechos altamente riesgosos para nadie.

El último antecedente de violencia acontecido en ocasión del partido jugado entre Santamarina y la CAI de Comodoro Rivadavia por la promoción del torneo Nacional B, dejó en claro el ineficaz proceder de la policía a la hora de controlar y más aun a la hora de prevenir.

Lo que si se pudo advertir a través de las imágenes es que los principales referentes de la barra del club ingresaron a la cancha y trataron de sacar a los hinchas que habían invadido el campo de juego intentando también que nadie más ingresara al campo de juego. Las imágenes dan fe de esto.

Por eso llama poderosamente la atención que arbitrariamente un comisario decida acomodar a gusto y de mala manera como se debe distribuir la gente, generando indirectamente violencia desde la decisión.

Para aclarar la aseveración que apunta a la mala determinación tomada debemos aportar los siguientes datos.
Al enterarse de la noticia los hinchas están indignados con la policía con lo que esto significa.
Los simpatizantes que entienden que la capacidad del estadio no brindará una buena oportunidad de ver el encuentro aseguran que irán a la tribuna visitante sin que la policía pueda negarles la chance de ingreso ya que no podrá detectarlos.
Una vez en la tribuna visitante se podrán encontrarán con los hinchas del club rival y tendrán a disposición también las banderas, todo el mundo sabe que en el futbol “robar un trapo” significa llevarse un trofeo.
-¿Quién puede garantizar que aquellos hinchas indignados con esta decisión puedan emprender contra los efectivos policiales generando un descontrol?.
-¿Quién se hará cargo de los daños, si es que ocurren, no solo materiales sino de civiles, madres, padres que van con sus niños a ver un partido de fútbol?.
-¿Cómo explicar que 1000 personas que habitualmente ocupan esa tribuna deban acomodarse en un lugar con comodidad solo para unos 300, sin que esto genere disturbios entre los hinchas del mismo club?.
La situación previa planteada para este sábado cuando Santamarina vuelva a jugar como local en el San Martín es verdaderamente caótica y la misma ha sido generada desde un escritorio.
En este caso desde el escritorio del comisario Walter Caballero. Ojala el CO.PRO.SE.DE, se haga eco de esta situación y evite que algo de lo mencionado anteriormente suceda.
Es increíble que alguien que debe bregar por la seguridad de los ciudadanos y que en teoría debería saber mucho más que la gente común ha cerca de la seguridad, plantee este cuadro de situación movilizado quizá por un par de piedrazos recibidos en ocasión del último disturbio.
No sabemos que irá a pasar con este tema pero como protagonistas del fútbol a través de nuestro trabajo es nuestro deber decir lo que pensamos y advertir a quién corresponda que siempre es bueno prevenir y desde ningún punto de vista dejar que se genere indirectamente violencia desde un escritorio.

Juan Casero - Relator AM 1560